A las puertas del primer aniversario del lanzamiento de ChatGPT, la empresa desarrolladora OpenAI se vio envuelta en una gran polémica. El director ejecutivo Sam Altman había sido despedido por la junta directiva y readmitido una semana después. Según afirmaban dos fuentes relacionadas con la firma especializada en inteligencia artificial (IA), una de las razones de que le echasen fueron desavenencias sobre un proyecto que había descubierto que la IA "podría amenazar a la humanidad".
En España, diversos medios de comunicación nos hicimos eco de la noticia, como fue el caso de 20BITS, y los usuarios hablaron de lo preocupante que sería esta situación en sus redes sociales, incluido Elon Musk, ex CEO de la firma. Sin embargo, Bard Smith, presidente de Microsoft, asegura que el despido de Altman no tuvo nada que ver con un supuesto peligro generado por una nueva IA.
Microsoft es la compañía que más está invirtiendo en OpenAI. De hecho, tanto ChatGPT como DALL-E, dos herramientas de la marca de IA, están disponibles en el buscador de Bing si se usa desde el navegador Edge. Cuando comenzó la polémica por el despido de Altman, una de las principales preocupaciones era que Microsoft dejase atrás su apuesta por la empresa; ahora, era que la IA fuese dañina para el ser humano, algo que se han encargado de desmentir.
Proyect Q*, el supuesto motivo del despido de Sam Altman
Una publicación de la agencia de noticias Reuters aseguraba que un proyecto secreto denominado 'Project Q*' (se pronuncia 'Q-star') era el causante de que hubiesen echado al líder de OpenAI. Según afirmaban, el proyecto investiga la inteligencia artificial general (AGI) que sus investigadores dentro de la firma definen como "sistemas autónomos que superan a los humanos en la mayoría de las tareas económicamente valiosas".
Las fuentes anónimas de Reuters contaron que los responsables de Q* enviaron una carta a la junta directiva que explicaba que habían descubierto que la AGI "podría amenazar a la humanidad". Según mencionaban, esto habría sido la razón del despido. Sin embargo, Smith lo ha desmentido en la BBC: "No se debió principalmente a una preocupación de ese tipo".
El presidente de Microsoft cree que "hubo una divergencia entre la junta y los demás", pero no lo achaca al descubrimiento de Q* "en absoluto". Además, quitó hierro a la afirmación del proyecto asegurando de que no había "ninguna probabilidad de que veamos esta llamada inteligencia artificial general, donde las computadoras son más poderosas que las personas, en los próximos 12 meses".
Smith explica que el proceso de desarrollo es algo que durará "muchas décadas". Antes de que llegue, habrá regulaciones y las empresas tendrán que andarse con ojo y asegurarse de que nada de lo que salga a la luz sea realmente un peligro para el ser humano.
Las relaciones entre OpenAI y Microsoft se mantienen
Cuando Altman fue echado de OpenAI, Microsoft aprovechó para contratarlo como jefe de su nuevo departamento de IA. A pesar de ello, Smith ha tranquilizado a los usuarios y ha dicho que la asociación entre ambas partes "es más sólida que nunca".
Microsoft invirtió unos 1.000 millones de dólares en 2019 en OpenAI, por lo que su apuesta por la compañía especializada en IA fue clave para el desarrollo de ChatGPT, el chatbot más famoso de este último año.
Asimismo, OpenAI reforzó su compromiso con la empresa de Bill Gates al convertir a Microsoft Azure en su proveedor exclusivo de sus servicios en la nube. Este acuerdo se estima que supuso una nueva inversión por parte de la marca tecnológica de unos 10.000 millones de dólares.
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