La instalación de placas solares economiza en la factura de la luz gracias al modelo de consumo eléctrico que emplea combustibles fósiles, y por si no lo sabías, los usuarios pueden ahorrar entre el 40 y 60% del recibo anual.
Otras de las ventajas son la máxima potencia ofrecida, una rebaja del IBI por tener una instalación fotovoltaica de energía eléctrica y su escaso mantenimiento al tener una vida útil de entre 25 y 30 años.
Esta fórmula de ahorro se convierte en una fuente de energías limpias y renovables, reduce las emisiones de CO₂, minimiza los precios, garantiza una independencia energética del sistema, disminuye la dependencia de las grandes compañías eléctricas y frena el cambio climático.
Según la OCU, "estas instalaciones suponen una inversión de entre 4.000 y 7.000 euros, dependiendo del número de paneles, si llevan o no batería para acumular la energía, la dificultad de la instalación..., por lo que es fundamental conocer una estimación del ahorro que supondrá previamente para decidirse si avanzar con el proyecto o no".
Los plazos de amortización oscilan entre los siete y 15 años porque dependen de la cantidad de energía que produzca la instalación y de cuánta de electricidad haya sobrado.
"Una ventaja adicional del autoconsumo es que la electricidad que no gastas se manda a la red general y tu contador la va registrando. Luego, la compañía descuenta de tu factura la energía que hayas vertido a la red a un precio convenido", añade la OCU.
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