A la caza del ladrón: esta tecnología te puede pillar in fraganti si robas algo en el súper

En España los supermercados, grandes superficies y comercios sufren un millón de robos al año de media. Y, de entre esos hurtos, uno de cada dos es cometido por un cliente habitual. Sin embargo, actualmente se detecta menos del 5%, un goteo constante de pérdidas para el que hasta ahora no existía una solución lo suficientemente eficaz.

La tecnología y concretamente la inteligencia artificial han logrado cambiar esto. La compañía francesa Veesion, establecida en España desde el pasado mes de enero, asegura que gracias a su sistema de detección de robos los comerciantes reducen sus pérdidas en más del 60%.

Se trata de un software basado en IA capaz de detectar en directo movimientos susceptibles de ser los que haría un ladrón y así conseguir detener el delito: “En Veesion hemos desarrollado una tecnología basada en el deep learning y la inteligencia artificial de reconocimiento e identificación de gestos que se asemejen a los patrones de robos y hurtos para detectarlos automáticamente, en tiempo real, a partir de las cámaras de videovigilancia ya existentes en el negocio”, explica Pablo Blanco, director ejecutivo de Veesion.

Sencillamente se instala un dispositivo del tamaño de una caja de sardinas y se conecta al router de la tienda. Utilizando las cámaras que ya se tienen, analiza los gestos y envía una alerta a una aplicación cuando hay un comportamiento sospechoso.

Esta solución funciona muy bien sobre todo para comercios en los que hay productos pequeños, fáciles de meter en un bolsillo, en un bolso o en una mochila. Especialmente supermercados, farmacias, tiendas de cosmética, perfumerías o incluso tiendas de electrónica.

“El comercio puede tener guardias de seguridad, arcos de seguridad, cámaras de seguridad… todo el sistema. Pero no puedes evitar que llegue alguien, coja algo, se lo meta en el bolsillo y se marche. Por eso nuestra solución está triunfando tanto, porque para un tipo de robo que no hay otra cosa que lo pueda parar”, afirma Blanco.

La ventaja de este sistema es que se trata de una inteligencia artificial que aprende con cada robo, por lo que va mejorando su capacidad de detección y adaptándose a lo que sucede en cada tienda. Es decir: cuenta con un ‘aprendizaje activo’ que mejora el rendimiento constantemente gracias a que aprende de los datos almacenados para ser más preciso.

Los robos más comunes, según el director ejecutivo de Veesion, son el ‘robo clásico’, cuando alguien se mete al bolsillo algo que ha cogido, y el ‘robo por derecho’, cuando alguien hace una gran compra, pero decide que se lleva un artículo porque ya está pagando todo lo demás y se cree ‘con derecho’ de tener ese producto gratis. Además, añade, en los últimos tiempos se ha popularizado también el ‘robo con carrito de bebé’, que consiste en salir del supermercado con la compra en la cesta del cochecito.

En España ya son más de 600 los establecimientos que se benefician de este software y en Europa la tecnología de Veesion está presente en más de 2.000 comercios.

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¿Quién puede ver las imágenes captadas por las cámaras de la tienda?

En principio, solo pueden ver las imágenes los encargados, oficiales de seguridad o los empleados que hayan sido autorizados previamente. Las personas grabadas también tienen derecho de acceso a las imágenes en las que aparecen siguiendo lo que dicta el artículo L. 253-5 del Código de Seguridad Interior de Francia.

En todo caso, esta tecnología nunca podría ser utilizada como sistema de reconocimiento, tal y como asegura el director ejecutivo de Veesion: “Esta tecnología se basa únicamente en un algoritmo gestual. La empresa no utiliza herramientas de reconocimiento facial, seguimiento de clientes o registro de identidad. Un ladrón que entre y robe un día podría entrar al día siguiente en la misma tienda sin que el software envíe ningún tipo de alerta a los responsables del comercio”.

La tecnología tampoco permite el reconocimiento de características físicas o fisiológicas, como el género o la raza de la persona que comete el gesto y, por lo tanto, no discrimina por este tipo de información a un individuo de otro.

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