Pasarse el día tumbado sobre la arena, eternos chapuzones en aguas que siempre están a buena temperatura y absorber la energía del sol durante horas, es uno de los planes más placenteros y deseados del verano. Por eso, la costa de Tarragona es una de las preferidas y, especialmente, la Costa Daurada.
1) Port Aventura y 2) de fiesta por Salou
Pero esto no es lo único que Costa Daurada nos puede ofrecer. Y es que, junto a sus anchos y largos arenales, encontramos otros planes igualmente apetecibles. Visitar un día el parque de atracciones de Port Aventura o salir de fiesta por la animadísima Salou son algunos clásicos. Y aquí van algunas otras ideas para completar la lista.
3) El Camí de Ronda: sendero antiquísimo por calas ocultas
Tanto si eres de los que siempre están buscando nuevas rutas como si te posicionas más en el bando de los que se solo caminan por el paseo marítimo o mirando escaparates, este sendero te va a enamorar.
Por toda Cataluña llevan años trabajando en la recuperación del Camí de Ronda, un sendero antiquísimo que comunica pueblos de la costa pasando por calas escondidas, bosque mediterráneo y algún que otro acantilado entre los que te esperan miradores de los que te quitan el aire (y no precisamente por el esfuerzo).
4) Paseo por la Playa Larga de Tarragona
En la Costa Daurada hay trayectos que bien merecen un poco de esfuerzo. Uno de los más espectaculares es el que parte de la Playa Larga de Tarragona. ¿Un consejo? Madruga un poco y mete el bañador en la mochila porque llegarás a calas que te pedirán un baño a gritos.
5) El Delta del Ebro
Al sur de la Costa Daurada encontramos uno de los espacios naturales más fascinantes y diferentes de Cataluña, el Delta del Ebro. El que es el río más caudaloso de nuestro país desemboca en el Mediterráneo formando un gran delta. Este es el hogar de muchísimas especies animales por lo que es perfecto para el avistamiento de aves. Y sus terrenos forman un complejo entramado de campos de cultivo en los que destaca el arroz, plantaciones que llegan hasta dónde se pierde la vista.
Una de las mejores y más divertidas formas de visitar el Delta del Ebro es por el agua. En la zona hay varias empresas que alquilan todo tipo de embarcaciones, como las barcas más tradiciones o los kayaks. Además, hay cruceros en los que también puedes aprender sobre las tradiciones de esta zona.
6) Animación en Cambrils, pueblo marinero
La Costa Daurada está salpicada de pueblos que en verano se llenan de vida y animación. Cambrils es uno de los preferidos ya que ha sabido como mantener su encanto de pueblo marinero, a pesar de la presencia de turistas y veraneantes. En sus playas reina un agradable ambiente familiar, en su paseo marítimo se concentran varios restaurantes en los que degustar las delicias locales y las calles del centro están repletas de tiendas de recuerdos, decoración y moda en las que darse algún capricho.
Uno de los secretos mejor guardados de Cambrils es el Parc Samá. Se trata de un jardín botánico que está incluido en la Ruta de parques históricos europeos.
7) Visitar el antiteatro de Tarragona
En cualquier viaje a la Costa Daurada hay que reservar tiempo para visitar Tarragona y experimentar un viaje en el tiempo.
¿Sabías que la antigua Tarraco fue una de las ciudades romanas más grandes del imperio fuera de Roma? Debido a su importancia se construyeron grandes edificios que, por suerte, aún hoy podemos admirar.
El más impresionante, tanto por su magnífico estado de conservación como por las vistas privilegiadas que nos regala es el anfiteatro. Construido junto al mar, hoy día es fácil imaginarse a más de diez mil personas vibrando en las gradas ante las intensas luchas de gladiadores.
Después de recorrer sus pasillos y recovecos, se puede seguir la visita con el circo, uno de los mejores conservados de Europa. Y si te estás preguntando como era la ciudad en aquella época, solo tienes que visitar el edificio de la Antigua Audiencia en la Plaza del Pallol, donde se ubica la Maqueta de Tarraco, que muestra con todo lujo de detalles como era antigua ciudad romana.
Además de sus tesoros romanos, en Tarragona hay que visitar sí o sí, su catedral, dedicada a Santa Tecla, patrona de la ciudad, y asomarnos al Balcón del Mediterráneo, situado al final de la Rambla Nova.
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