La pista de despegue y aterrizaje del aeródromo de Troll, situado en la Antártida y propiedad de Noruega, es uno de los mayores desafíos a los que debe enfrentarse la tripulación de un avión comercial. Este aeródromo se construyó para dar servicio a la estación de investigación Troll, ubicada a 235 kilómetros de la costa, en la parte oriental de la Tierra de la Reina Maud, en la Antártida. Dirigida por el Instituto Polar Noruego, la estación se dedica a la vigilancia medioambiental y climática, a la investigación científica y a la cartografía.
Sobre un glaciar
La pista de aterrizaje y despegue de este aeródromo tiene 3.000 metros de longitud y unos 100 metros de anchura sobre un glaciar de 1.232 de altura sobre el nivel de mar. Para su construcción se debió medir y analizar concienzudamente el grosor del hielo para garantizar la operativa de los aviones. El Instituto Polar Noruego calculó la acción de frenado antes de la operación, para permitir el despegue y el aterrizaje de acuerdo con los reglamentos y las normas de los fabricantes de aviones, manteniendo todos los márgenes de seguridad.
El aeródromo Troll se encuentra en un desierto antártico donde la temperatura media anual es de -25°C
Sin aeropuerto alternativo
Este aeródromo antártico se sitúa en una zona más o menos llana cubierta de una espesísima capa de hielo azul que hace de pista para aviones de ruedas. Una característica muy particular de este aterrizaje con vistas increíbles es que las pistas se construyen creando ranuras en el hielo para proporcionar la fricción que los aviones necesitan para esta tarea. Otra de las dificultades añadidas es que, en caso de que surja algún contratiempo durante la maniobra de aterrizaje, no es posible planificar ningún aeropuerto alternativo al aeródromo de Troll,
La pista del aeródromo se construyó creando ranuras en el hielo para proporcionar la fricción que los aviones necesitan
En el canal de YouTube de Extreme Aviation Iceland hay publicado un vídeo de la aproximación, aterrizaje y despegue de un Boeing 767-300ER (Extended Range) de la aerolínea Icelandair, que transportaba al menos una decena de científicos, procedentes de la Ciudad del Cabo en Sudáfrica, para realizar diferentes estudios ambientales y climatológicos en el Instituto Polar Noruego. Los hechos ocurrieron durante el mes de enero del 2022 y la maniobra tanto de aterrizaje como de despegue es espectacular.
El aeródromo fue abierto en el año 2005 y sirve como centro del Dronning Maud Land Air Network (DROMLAN), una cooperación multinacional que usa el aeródromo de Troll para proveer tráfico intercontinental a la Antártida y conectar a varias estaciones de investigación. Los vuelos intercontinentales que llegan a este aeródromo son de largo alcance y normalmente operan desde el Aeropuerto Internacional de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica.
Temperaturas de -50 grados
El aeródromo de Troll tiene un clima frío y seco, ya que se encuentra en un desierto antártico. La temperatura media anual es de -25 °C, y las temperaturas del verano pueden aproximarse a 0 °C. La más baja durante el invierno es de -50 °C. Las ocasionales tormentas, que pueden ocurrir durante todo el año, hacen que las actividades al aire libre sean del todo imposibles. Debido a que se encuentra al sur del Círculo Polar Antártico, en Troll se produce en verano el fenómeno del sol de medianoche (el sol es visible las 24 horas del día) y su contrario, la noche polar, durante el invierno, que se prolonga asimismo durante 24 horas.
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