Qué ver en Belorado, el pueblo de las monjas clarisas: del Museo de la Radio a una trinchera de la Primera Guerra Mundial

Esta villa burgalesa que ha saltado a la actualidad por sus monjas clarisas alberga uno de los museos más singulares de España y una trinchera de la Primera Guerra Mundial
Vista panorámica de Belorado.
Vista panorámica de Belorado.
Getty Images/iStockphoto
Vista panorámica de Belorado.

Desde el yacimiento celta y castro de La Muela en Belorado hasta nuestros días, la villa burgalesa no ha dejado de sorprender a sus vecinos y visitantes. Los romanos construyeron la calzada Asturica Burdigalam para conectar dos de las grandes ciudades del Imperio, Astorga y Burdeos, calzada que acabaría siendo parte de una de las rutas más famosas del mundo, El Camino de Santiago Francés.

Belorado ha conservado una esencia castellana cargada de tradición e historia que se refleja en sus iglesias, edificios medievales y calles empedradas

En la Edad Media, tras la Reconquista comenzó otra nueva etapa de esplendor comercial y religioso. Su castillo, del que hoy apenas queda un trozo de pared, aparece mencionado en uno de los romances del Cid como dote del rey de León al matrimonio del Campeador con Doña Jimena. Cierto o no, el lugar no deja de ser un enclave prodigioso. Codiciado por todos en las guerras venideras, Belorado ha conservado esa esencia castellana cargada de tradición e historia, que ahora se refleja en sus iglesias, edificios medievales y calles empedradas.

Exterior del Museo Internacional de Radiocomunicación Inocencio Bocanegra.
Exterior del Museo Internacional de Radiocomunicación Inocencio Bocanegra.
museobocanegra.com

El Museo de la Radio

Si las calzadas romanas y el Camino de Santiago supusieron una inmersión en las comunicaciones entre pueblos que trajeron prosperidad a Belorado, el Museo Internacional de Radiocomunicación Inocencio Bocanegra preserva la importancia de mantenernos conectados. Un viejo silo fue recuperado para albergar la mayor colección del mundo de equipos de comunicación inalámbrica en todos los campos.

El Museo Inocencio Bocanegra alberga la mayor colección del mundo de equipos de comunicación inalámbrica

Su factótum, el ingeniero y radioaficionado Inocencio Bocanegra, decidió dedicar este espacio único a su gran pasión: preservar y difundir el legado de las comunicaciones por radio. Como tantos niños llegó a pensar que dentro de aquel mágico aparato había una persona, pero no todos llegaron a descuartizar la radio familiar para averiguar el misterio. Desde muy joven comenzó a coleccionar viejas radios y ahora son más de 600 equipos en su haber, aunque no todos se encuentran expuestos en el museo.

Plaza Mayor de Belorado.
Plaza Mayor de Belorado.
Stanislava Karagyozova

Momentos históricos

Sí pueden verse los primeros avances inalámbricos que culminaron transformando la forma de comunicarnos y conectarnos con el mundo. Todo el museo está integrado en una fabulosa puesta en escena que recrea los momentos más emblemáticos del siglo XX y los escenarios que dejaron huella en la historia, como el camarote de primera clase del “Titanic”, la mochila del “soldado Ryan”, la escafandra de un astronauta, una reproducción de Check Point Charlie, y hay un tanque, un helicóptero de la guerra de Vietnam y equipos de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki o los que alertaron del ataque de Pearl Harbor.

El museo desarrolla experiencias y actividades educativas e interactivas que fascinan a los niños y afloran la melancolía en los mayores

Una muestra sin parangón sobre la historia de la radio y por ende del propio siglo XX. El museo desarrolla experiencias y actividades educativas e interactivas que fascinan a los niños y afloran la melancolía en los mayores. También se organizan eventos especiales, programas educativos, conferencias y talleres para enriquecer la experiencia y garantizar que las generaciones futuras puedan entender la importancia histórica y el impacto cultural de la radiocomunicación.

Trinchera de la Primera Guerra Mundial.
Trinchera de la Primera Guerra Mundial.
museobocanegra.com

La trinchera

Para completar la muestra y por si alguien aún duda de su valor e interés como única en su especie, en el exterior del museo se ha recreado una trinchera de la Primera Guerra Mundial, la más grande de Europa. Crudeza a escala real de lo que vivieron aquellos soldados y las condiciones infrahumanas a las que fueron sometidos. Más de 600 metros cuadrados de impacto visual y recuerdo tangible de los horrores de la Gran Guerra, la primera guerra de la tecnología.

En el exterior del museo se ha recreado una trinchera de la Primera Guerra Mundial, la más grande de Europa

Un terrible viaje al pasado más cruel entre estrechas zanjas parapetadas con sacas de arena, claustrofóbicos habitáculos, camas enrejadas para impedir la entrada a las ratas y objetos que fueron cotidianos en un conflicto que marcó un antes y un después en la historia de Europa. Hay paneles informativos sobre los diferentes aspectos de la guerra, las estrategias militares o la vida cotidiana de los soldados. Un homenaje con monumento incluido a todos combatientes que perdieron la vida durante la Primera Guerra Mundial. La trinchera se construyó en el año 2015 con el apoyo y la colaboración del Ejército de Tierra.

Horarios del museo

Para visitar el Museo es obligatorio tener reserva previa, ya sea en la Oficina de Turismo como a través de la web. Hay dos turnos de visitas siempre guiadas, a las 12 y a las 14 horas. La duración aproximada es de una hora y media.

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