Francia es el país más visitado del mundo, justo por delante de España, y gran culpa de la enorme cifra de turistas que recibe año tras año la tiene París. La capital francesa es la urbe a la que más personas viajan, y es que la 'Ciudad de la luz' es uno de los lugares más mágicos e impresionantes del planeta, y de ahí que tanta gente quiera conocerla y contemplar sus innumerables maravillas, como la Torre Eiffel, el Museo del Louvre, el Sagrado Corazón o el Arco del Triunfo.
En París hay un sinfín de lugares que hay que visitar al menos una vez en la vida, y es que la 'Ciudad del amor' es uno de los destinos más increíbles de Europa. Pero una problemática existente en toda la capital es que, al ser una urbe tan turísticamente masificada, las colas para entrar a sus monumentos más simbólicos son kilométricas e incluso en temporada alta pueden durar varias horas... aunque se pueden evitar.
Cómo saltarse las colas de la Torre Eiffel y el Louvre
La Torre Eiffel se puede de manera espectacular desde el Trocadero o desde otros lugares increíbles de París, aunque no hay nada como alzar la vista justo debajo de su estructura. Eso sí, hay que pasar un control de seguridad muy exhaustivo y largo para poder hacerlo, así que si compras la entrada con antelación, te ahorrarás la cola para adquirir los tickets, que suele ser de muchas personas. Además, también podrás subir a lo alto del simbólico monumento.
Por su parte, el Museo del Louvre es el más visitado de todo el planeta, por lo que mucha gente entra cada día a ver con sus propios ojos la Mona Lisa, la Victoria de Samotrici o La libertad guiando al pueblo de Delacroix. Es tan inmensa esta colección de arte que necesitas casi de un día entero para poder ver (casi) todo lo que está expuesto, así que no se puede perder ni un minuto: saltarte la kilométrica cola de la taquilla con tu entrada anticipada te puede ahorrar varias horas.
A qué horas visitar los monumentos de París
Las mejores horas para conocer los lugares más importantes de París sin que haya tanta aglomeración son, como es lógico, las primeras horas de la mañana, así que tocará madrugar si se quieren ver todos los monumentos y museos sin mucha gente. Gran parte de los turistas se quedan más allá del atardecer en los sitios más conocidos de la ciudad, ya que la capital francesa bajo las luces es una de las estampas más bonitas que se pueden ver, así que hay que estar dispuesto a soportar marabuntas para poder disfrutar de la urbe completamente de noche.
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