Aunque Irlanda no se encuentra entre los diez países más visitados del continente, en este fascinante país hay lugares muy especiales que la hacen perfecta para hacer un viaje de unos días. Casi todo el mundo en España opta por conocer Dublín, su capital y la ciudad más poblada, aunque al sur de la isla se encuentra una de las grandes joyas de Europa y que suele ser pasada por alto: la increíble urbe de Cork.
Situada en la parte más meridional de la isla, Cork sorprende a los turistas que viajan al 'Condado rebelde' por sus coloridas casas y sus increíbles edificios con siglos de historia, lo que hace de esta ciudad una parada imprescindible en el itinerario de tu viaje por Irlanda. Además, se encuentra a poco más de dos horas de vuelo de España.
Qué ver en Cork, la ciudad más infravalorada de Irlanda
La ciudad de Cork ha tenido gran importancia desde tiempos vikingos, y con el paso de los siglos fue incrementando su valor dentro de Irlanda, gracias especialmente a su descomunal puerto, uno de los más grandes del mundo. Fue en la Edad Media cuando comenzó su verdadera expansión, y esa época de esplendor hizo que se erigieran algunos de los edificios más emblemáticos de la urbe.
Uno de los más simbólicos es la Cork City Goal, una antigua cárcel del siglo XIX reconvertida en museo. No te puedes perder su Mercado Central, uno de los más antiguos del mundo con casi 240 años de historia y un auténtico paraíso para los amantes de la gastronomía, así como tampoco puedes dejar de adentrarte en sus principales edificios religiosos: la catedral católica de Santa María y Santa Ana y la catedral protestante de San Finbar, ambas construidas en estilo neogótico.
Otras paradas necesarias en tu viaje a Cork son el Fuerte Elizabeth, una fortaleza de más de cuatro siglos de historia desde la que se tienen las mejores vistas de la ciudad, y el campus de la universidad, uno de los muchos ejemplos de estilo georgiano que se pueden encontrar en la urbe. Además, dar un paseo por la orilla del río Lee o hacer una excursión para conocer la preciosa Cobh y sus casas de colores o el imponente Castillo Blarney, que data del siglo XIII, son perfectas para complementar uno de los mejores viajes que se pueden hacer en verano.
Como es lógico, la mejor época para conocer todos los encantos de Cork es entre los meses de mayo y agosto, ya que las temperaturas son mucho más agradables que durante el resto del año y la probabilidad de que la lluvia aparezca es mucho menor. Hay vuelos directos desde Tenerife, Málaga, Alicante y Palma de Mallorca.
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