Cuál es la mejor época para viajar a Lisboa: qué ver y qué hacer en 48 horas

La capital de Portugal es uno de los destinos más bonitos y pintorescos de toda Europa y se tarda muy poco en llegar desde España, por lo que es una de las mejores opciones para hacer una escapada de fin de semana.
Lisboa.
Lisboa.
Getty Images/iStockphoto
Lisboa.

En muchas ocasiones solo se tiene un fin de semana para poder hacer una escapada, por lo que hay que tener varios factores en cuenta a la hora de escoger destino, aunque uno destaca por encima de todos: que esté próximo a España. Si se dispone de solo 48 horas para hacer un viaje, lo ideal es que el lugar esté cerca del origen, y Portugal se encuentra a apenas una hora de vuelo de Madrid. El país luso tienen numerosas ciudades que se pueden visitar en poco tiempo, como Coimbra, aunque casi todo el mundo elige Lisboa para desconectar durante un par de días.

La capital de Portugal es uno de los mayores atractivos turísticos del país, y es que Lisboa está repleta de maravillas que enamoran a sus visitantes, ya sean sus increíbles y coloridos barrios, su gastronomía local o las impresionantes vistas sobre la desembocadura del río Tajo y el inmenso océano Atlántico. Al no ser una urbe inmensa, en 48 horas se puede ver todo lo imprescindible de esta preciosa ciudad situada a poca distancia de España y que es idónea para pasar un gran fin de semana.

Día 1 en Lisboa: los imprescindibles de la capital lusa

Situada a las orillas del Tajo, es uno de los lugares más fotografiados de la capital lisboeta. Destaca el Arco Triunfal de Rua Augusta y es un gran punto de encuentro de la capital portuguesa,
Plaza del Comercio, Lisboa (Portugal).
Pixabay/natalierichardson23

La primera parada nada más llegar a Lisboa puede ser la emblemática Plaza del Comercio, uno de los mayores símbolos lisboetas. Abierta por uno de sus lados al río Tajo, es uno de los puntos más importantes de toda la ciudad y uno de los lugares imprescindibles que hay que visitar si se viaja a la capital lusa. Tras admirar los preciosos edificios del siglo XVI que la rodean, hay que dirigirse a la Rua Augusta, una de las principales arterias de la urbe y que empieza justo debajo del Arco del Triunfo, al que se puede subir para tener una impresionante vista panorámica... aunque para contemplar la Ciudad de las Siete Colinas en todo su esplendor, lo ideal es caminar hasta el Elevador de Santa Justa.

Este mirador es probablemente el más conocido de toda la ciudad gracias a sus impresionantes vistas, aunque lo que no saben muchos turistas es que no hace falta pagar por subir: si se va hasta la Plaza Chafariz Do Carmo, mirando de frente el convento Do Carmo, se puede ver una especie de cafetería que en realidad tiene un tramo de escaleras que van a dar a lo más alto del elevador. Hay que hacer un poco de cardio, pero te podrás ahorrar los 5,30 euros que cuesta llegar a la cima.

Una vez se vuelve a bajar, hay que aprovechar para pasear por el Barrio del Chiado, uno de los más pintorescos y bohemios de toda la ciudad, y se puede hacer un descanso para tomar algo en la centenaria Café A Brasileira, presidida por la estatua de Fernando Pessoa. Ya entrada la tarde, lo ideal es dirigirse hacia el Barrio Alto, centro neurálgico de la vida nocturna lisboeta y en el que hay muchos restaurantes y bares para finalizar la primera jornada en la capital del Portugal. 

Día 2 en Lisboa: Belém y Barrio de Alfama

Torre de Belem, Lisboa
Torre de Belém, Lisboa
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El segundo día en Lisboa se puede arrancar haciendo una excursión a uno de los sitios más simbólicos de todo Portugal: la Torre de Belém. Situada en el barrio del mismo nombre, esta construcción militar se ha convertido en uno de los monumentos más fotografiados de la ciudad, aunque no es la única maravilla que tiene esta parte de la capital. El famoso Puente 25 de abril, que atraviesa el Tajo, también se encuentra allí, al igual que el impresionante Monasterio de los Jerónimos y el Monumento a los Descubrimientos. Estos tres lugares fueron erigidos en el siglo XVI, época de esplendor marítimo e imperial de Portugal.

Tras visitar una de las zonas más emblemáticas de Lisboa, en la que hay que probar sí o sí los famosos pasteles de nata, hay que dirigirse a otro de los puntos más importantes de la ciudad: el barrio de Alfama. Cuando alguien se imagina las calles lisboetas, todos tienen la imagen de las calles de este lugar. Sus coloridas casas se entremezclan con sus impresionantes monumentos, como el Castillo de San Jorge, la Casa dos Bicos, la catedral de Sé o el Mirador de Santa Lucía, otro de los más espectaculares. Con esas impresionantes vistas, habrá que despedirse de la mágica ciudad.

¿Cuál es la mejor época para viajar a Lisboa?

Aunque el clima es muy similar al de España, la época idónea para hacer una escapada de fin de semana es durante la primavera, ya que hay bastantes horas de sol y las temperaturas son muy agradables. Otra opción es viajar en otoño, cuando todavía no ha llegado el frío a Lisboa y las lluvias no son tan habituales.

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