Un viaje a Islandia es sinónimo de aventura, naturaleza pura y también adrenalina. Este país del norte de Europa, apenas a 4 horas en avión de España, es un destino soñado por muchos, y es que nos promete experiencias únicas como contemplar impactantes paisajes volcánicos, bañarnos en aguas termales al aire libre y maravillarnos con las auroras boreales.
Eso sí, a diferencia de lo que se pueda pensar, ir a Islandia no tiene por qué suponer un elevado desembolso de dinero, y es que, si elegimos bien la fecha de nuestro viaje, podremos ahorrarnos bastante dinero.
Los meses más baratos para viajar a Islandia
Tal y como recoge la guía de viajes de Islandia de Lonely Planet, se podría dividir la temporada turística del país en tres. De junio a agosto es cuando más turistas llegan a la isla, sobre todo a la capital, Reikiavik, y a la zona sur. Es entonces cuando se produce el increíble fenómeno del sol de medianoche y la luz solar brilla durante todo el día. A ello se suma una interesante oferta de festivales, actividades culturales y deportes al aire libre como el senderismo.
Por otro lado, los meses de octubre a abril, cuando las temperaturas son mucho más bajas, las carreteras de montaña y algunas secundarias cierran debido al hielo y la nieve. Sin embargo, es el momento perfecto para practicar esquí alpino, esquí de fondo, adentrase en cuevas de hielo... y por supuesto, contemplar el espectáculo natural de las auroras boreales iluminando el cielo nocturno.
Finalmente, si lo que buscamos es la temporada más barata para viajar a Islandia, se trata de los meses de mayo y septiembre. No solo podremos disfrutar de un clima fresco, cielos despejados y nieve ocasional, sino también menos aglomeraciones turísticas.
Qué hacer en Islandia
La mejor forma de recorrer Islandia en toda su extensión es siguiendo la Ruta 1 o carretera de circunvalación que recorre todo el perímetro de la isla. A lo largo de 1.340 km iremos descubriendo los maravillosos paisajes que esconde este país, desde lagunas glaciares como la de Jökulsárlón, paisajes lunares como el de Hverir o el pintoresco pueblo de colores de Seyðisfjörður.
Otros lugares que nos dejarán sin aliento son el cañón de Jökulsárgljúfur, la cascada de Seljalandsfoss, los glaciares de Vatnajökull, la famosa Laguna Azul, el geiser de Strokkur y un largo etcétera de paisajes y experiencias únicas.
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