Los Fayos, el curioso pueblo de Zaragoza con una ermita y restos de un castillo dentro de cuevas

Junto al Parque Natural del Moncayo, nos espera un pequeño pueblo de ambiente tranquilo pero rodeado de un halo legendario, Los Fayos. Sobre los tejados de su entramado urbano, una serie de cuevas de adentran en las profundidades de las montañas. En su interior, no solo encontraremos mitos y leyendas, sino también curiosas construcciones: desde restos de un castillo medieval hasta una ermita.

Una sorprendente arquitctura

El bonito pueblo de Los Fayos se forma parte de la Comarca de Tarazona y el Moncayo, en el extremo occidental de Aragón. Su conjunto de casas se asienta a los pies de una enorme pared rocosa y, con sus tejados marrones, parece fundirse con esa montaña. Entre las viviendas, encontraremos valiosas joyas patrimoniales como la Iglesia de Santa Magdalena, un templo religioso construido entre el 1570 y 1575. Destaca su retablo mayor de estilo barroco y su torre mudéjar.

Sin embargo, lo que más llama la atención del pueblo son las cuevas que se asoman por encima de los tejados y en cuyo interior podemos encontrar todo tipo de sorpresas. En una de ellas se ubica la ermita de San Benito, excavada en la propia roca. En el interior del edificio, podemos admirar un retablo procedente de la desamortización del Monasterio de Veruela, así como varias piezas religiosas de gran valor artístico.

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Un castillo y una leyenda mitológica

La Cueva del Castillo de los Moros es otra de las curiosas cavidades de Los Fayos. A ella se puede acceder por una pasarela que cruza el río Alto. Por otro lado, encontramos la Cueva del Caco, la más grande de todas ellas. En su interior albergó un castillo medieval del siglo XII del cual aún quedan algunos restos. Esa fortaleza participó activamente en todos los conflictos con navarros y castellanos y sufrió muchos asedios.

Además de los restos del castillo, esta cueva guarda una curiosa leyenda. Se dice que la cavidad estuvo habitada por un gigante, Caco, que le robó el ganado a otro gigante, Hércules. Esto desencadenó una fuerte pelea entre los dos seres mitológicos con el cual fueron surgiendo los ríos y las montañas de la zona.