La curiosa ermita de Cataluña escondida en la cueva natural de una montaña

El pequeño santuario se oculta bajo la pared rocosa de un risco que alcanza los 1.200 metros de altura y acoge la imagen de la Madre de Dios de l'Aberella, la patrona de los apicultores catalanes.
Ermita de l'Abellera.
Ermita de l'Abellera.
Ramon Oromí
Ermita de l'Abellera.

Sus habitantes la llaman la "villa roja", y es que las casitas de piedra del pequeño pueblo de Prades llaman la atención por su variedad de tonos rojizos. Esta localidad de la comarca del Baix Camp, en la provincia de Tarragona, ofrece a los viajeros el escenario perfecto para una escapada rural. Su núcleo urbano, declarado Bien de Interés Cultural, conserva su esencia medieval, con elementos históricos como los restos de su castillo, las murallas, la Plaza Mayor y la iglesia.

Pero si nos alejamos un poco a las afueras de la villa, encontraremos otra joya arquitectónica que merece la pena descubrir. Se trata de la ermita de l'Aberella, un pequeño santuario enclavada en la montaña, escondido bajo la pared rocosa, creando una estampa mágica que no querremos perdernos si estamos visitando esta zona de España.

La ermita de l'Aberella

Los orígenes de la ermita de l'Aberella se remontan al año 1570, cuando se construyó este pequeño templo al cobijo de una cueva natural en la montaña. En este punto ya había un santuario anterior, donde se habría retirado la reina Margarida de Prades y donde vivió Bernat Boïl, quien acompañó a Cristóbal Colón en su segundo viaje a América.

Ermita de l'Abellera.
Ermita de l'Abellera.
Ramon Oromí

La ermita sufrió varias reformas a lo largo de los siglos, dando como resultado una estructura con una nave de 13 metros de largo y 6 de ancho, con un diseño sobrio y un sencillo campanario sobre la fachada principal, que presenta acabados en la característica piedra rojiza de la zona. 

La patrona de los apicultores catalanes

En el interior acoge la imagen de la Madre de Dios de l'Aberella, una copia fiel de la original hecha en 1940 y coronada en 1956 por el arzobispo de Tarragona con una pieza de orfebrería decorada con cincuenta abejas de plata. "Esto se debe al hecho de que en el interior había varias colmenas con sus panales de miel; por este motivo, a imagen es la patrona de los apicultores catalanes", explican desde el Ayuntamiento de Prades.

Ermita de l'Abellera.
Interior de la Ermita de l'Abellera.
Ramon Oromí

Por su posición estratégica, en un risco que alcanza los 1.200 metros de altura, desde la zona exterior de la ermita podremos disfrutar de unas vistas espectaculares de los alrededores. Así, alcanzaremos a ver el valle del río Brugent, los pueblos de Capafonts y Farena, el municipio de Montreal, la llanura del Alt Camp y la Sierra del Montmell.

Cómo visitar la ermita

El trayecto en coche desde la ciudad de Tarragona hasta Prades es de alrededor de 1 hora por la A-27. Desde allí, tendremos que conducir otros cinco minutos por el Camí de l'Ermita de la Mare de Déu de l'Aberella para llegar al santuario. Para entrar al recinto de la ermita, tal y como detalla el Ayuntamiento de Prades, tendremos que pedir las llaves en la oficina de turismo del pueblo.

Apúntate a la newsletter y recibe en tu correo las mejores propuestas para viajar por España y por el mundo.

Redactora de Viajes '20minutos'

Graduada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Pasé por la revista Viajar como redactora web y desde 2022 continúo con esta pasión en 20minutos, mostrando que hay demasiadas maravillas en este planeta como para quedarse en casa.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento