Este es el pueblo en el que hace más calor en España

Verano tras verano, hay una localidad cuyos termómetros marcan la temperatura más alta de toda España. Se trata de Montoro, un pueblo de algo menos de 9.300 habitantes situado en el norte de la provincia de Córdoba.

Desde el pronunciado meandro del Guadalquivir en el que se encuentra apostada la localidad, los habitantes de Montoro se ven casi todos los años condenados a soportar temperaturas por encima de nada menos que 45 grados centígrados. Por si no fuera suficiente, en 2017 el pueblo batió un récord histórico con temperaturas por encima de 47 grados.

Un lugar de historia

Al margen del 'honor' que Montoro ostenta en materia climatológica, lo cierto es que el municipio se distingue también por un rico pasados histórico. Su poblamiento se remonta, al menos, al año 4.500 a.C., época en la que están fechados algunos restos Íberos (estructuras arquitectónicas y ajuares funerarios) encontrados en el cercano Llanete de los Moros. Posteriormente, se cree que el verdadero origen de Montoro se remonta a una hipotética colonia griega, y han dominado sobre el lugar romanos, visigodos y musulmanes.

Quizás, no obstante, el acontecimiento más conocido que tuvo lugar en este pueblo andaluz tuvo lugar durante la Guerra de Independencia y le valió el título de "Muy Noble, Leal y Patriótica". Al parecer, sus habitantes, tras saber de las tropelías de las tropas napoleónicas en la ciudad de Córdoba, decidieron aplicar una estrategia consistente en hacer que los soldados franceses se sintieran bien recibidos para después acabar con la vida de todos los que fuese posible.

Riqueza arquitectónica y natural

En la actualidad, Montoro es una agradable localidad de aspecto típicamente andaluz, con una mayoría de pequeñas casas encaladas de blanco dominadas por la torre de piedra de la Iglesia de San Bartolomé, y cuenta con un bello conjunto histórico digno de visitar.

Además, se encuentra rodeado de espacios naturales de gran valor, e incluso el propio meandro del río posee el estatus de monumento natural.

A esto se suma su interés etnográfico, con particulares verbenas y romerías y una rica tradición de Semana Santa en la que numerosas tallas barrocas recorren las calles del pueblo.