San Sebastián es uno de esos destinos en España que se puede visitar en cualquier época del año. En cada estación se puede disfrutar de unas actividades diferentes. En invierno, ir de pinchos y tapas suele ser uno de los mayores reclamos, pero en verano el mar es lo mejor. Y es precisamente en sus aguas donde se encuentra una isla preciosa a la que se puede llegar nadando.
Los que hayan visitado Donosti se habrán fijado en un pequeño islote que está situado en la bahía de la Concha. Se trata de la isla de Santa Clara. Con a penas cinco hectáreas, hace 40 años consiguió ser declarada Centro Histórico de Interés Nacional.
La historia de la isla de Santa Clara
Cuando la peste llegó a la ciudad de San Sebastián en 1597, la isla de Santa Clara era una leprosería. Era allí donde se trasladaba a todos los contagiados. La ermita era el lugar que les daba cobijo. Hoy en día es ahí donde se encuentra el faro de esta isla.
Existen diferentes teorías sobre la construcción de la ermita. Dicen que su nacimiento fue en 1362 gracias a los franciscanos. Y como dato, fue en el siglo XVII cuando comenzó a ser administrada por las monjas del convento de San Bartolomé.
Para llegar a ella se puede utilizar tanto el barco como el kayak o el paddle surf, aunque muchos son los que se animan a ir nadando, puesto que tan solo hay una distancia de medio kilómetro desde la costa. Los que utilicen el barco tienen dos opciones. Una de ellas es un paseo directo hasta la isla de Santa Clara y la otra es hacer un recorrido por la bahía de la Concha.
¿Y qué actividades se pueden hacer una vez llegas a la isla? Santa Clara tiene una pequeña playa. Su particularidad es que dependiendo del día que vayas podrás verla o no. Es una playa que desaparece si hay marea alta. Sin embargo, la subida de la marea trae consigo otro entretenimiento: una piscina natural. Esta poza surge debido a los muros de piedra que retienen el agua del mar durante esos días.
Otro de los puntos de interés de la isla es el faro que fue construido en 1864. En el camino hasta llegar a ese pequeño rincón de Santa Clara se encuentran diferentes zonas de picnic en las que se puede hacer una parada.
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