España cuenta con un amplio abanico de lugares maravillosos, tanto de interior como de costa, donde disfrutar de las ansiadas vacaciones en familia. Pero los críos crecen y se van haciendo mayores, y es entonces cuando empezamos a plantearnos que ha llegado la hora de explorar otros destinos fuera de nuestras fronteras e incluso algún país lejano.
Por eso, os recomendamos los que para nosotros son los mejores viajes al extranjero pensando en los pequeños, pero sin olvidar que también vosotros podáis disfrutar de unas vacaciones. Aunque vuestros hijos son pequeños, son muy exigentes, por lo que estas primeras vacaciones tienen que estar a la altura: las van a recordar siempre.
Londres
Este destino, que siempre está en las quinielas de las mejores escapadas, es también el ideal como bautismo de iniciación de un viaje al extranjero en familia. En esta ciudad encontraréis diversión para todos. La capital británica está repleta de rincones llenos de magia.
Tus hijos alucinarán con la panorámica desde los 135 metros de altura del London Eye, visitando la Torre de Londres, el Museo de Historia Natural, el British Museum u observando el tradicional cambio de la Guardia Real. Incluso hay un museo dedicado a Harry Potter. Y lo mejor, podréis sumergiros en el panorama cultural londinense prácticamente sin gastar un euro, ya que la mayoría de los museos en esta ciudad son gratuitos.
Costa Rica
¡Naturaleza y más naturaleza! Y con una gran dosis de aventura. Selva, volcanes e increíbles playas de aguas cálidas y tranquilas convierten a este destino en un edén para toda la familia. Entre el Caribe y el Pacífico, Costa Rica ofrece la oportunidad de conocer una gran variedad de especies animales y vegetales que harán las delicias de los pequeños.
Uno de los mejores momentos del viaje será la visita al Parque Natural Manuel Antonio, donde además de disfrutar del baño, podréis adentraros en un bosque repleto de mapaches, monos aulladores, perezosos, iguanas y loros. No es el único parque natural, pero sí es el mejor para ir con niños, ya que cuenta con senderos accesible y marcados. Por supuesto, también hay tiempo para conocer San José, una pequeña capital, donde tampoco falta verde, y entre los mejores planes estará pasear por las calles descubriendo el ambiente y sus edificios de estilo neoclásico.
Oslo
Situada entre un fiordo y kilómetros de bosque, la capital de Noruega es una ciudad tranquila y muy interesante para viajar con tus hijos. Tiene un tamaño perfecto para recorrerla a pie. También os recomendamos que cojáis un autobús desde el centro para acercaros hasta la península de Bygdøy, donde se encuentran museos, como el Vikingskiphuset, que acoge los barcos vikingos del siglo IX mejor conservados del mundo. El más impresionante es el Oseberg con 22 metros de largo.
La ciudad también cuenta con bonitos parques y áreas verdes donde los niños pueden correr y jugar a sus anchas. Y si os gustan los castillos, en el casco antiguo y junto al fiordo de Oslo, podréis visitar la Fortaleza de Akershus (del siglo XIV), seguro que entre sus muros los pequeños se sentirán por unas horas como auténticos caballeros.
Irlanda
Paisajes verdes de película, montañas rodeadas de niebla, castillos de leyenda y enormes acantilados convierten a Irlanda en el escenario perfecto para unas inolvidables vacaciones. Y si además le añadís un recorrido por apacibles pueblos donde habitaban las tribus vikingas, este país os resultará una auténtica sorpresa.
Hay infinidad de trayectos para recorrer la isla en coche y todos ellos atravesando parajes fascinantes. Una de las rutas más interesantes es la que lleva a tres localidades conocidas como el Triángulo Vikingo de Irlanda: Wexford, Kilkenny y Waterford, la ciudad más antigua y más vikinga de todas. Además, durante el viaje también podréis visitar construcciones celtas y algunos de los primeros monasterios cristianos.
El sur de Marruecos
No hay que irse muy lejos para disfrutar de un destino exótico que se convertirá en una auténtica aventura. Podéis empezar el viaje visitando la maravillosa y turística ciudad de Marrakech, para luego trasladaros al sur y descubrir una de las zonas de Marruecos que mantiene intactas sus costumbres y tradiciones. Podréis sumergiros en increíbles paisajes, visitar zocos y adentraros oasis mágicos rodeados de palmerales.
Y lo mejor, os encantará dormir en una jaima bajo las estrellas y amanecer en un entorno de dunas. Tus hijos no olvidarán la experiencia de recorrer el desierto a lomos de un dromedario.
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