Navarra tiene un sinfín de cosas por hacer y por visitar. Desde un paseo por la naturaleza en la Selva de Irati o la Cueva de Zugarramurdi hasta pasar el día en las Fiestas de San Fermín, donde las calles de Pamplona se tiñen de pañuelos rojos y personas vestidas de blanco. Esta festividad tradicional acoge a cientos de personas, incluso de fuera de España, desde el día 7 de julio hasta el día 14 del mismo mes.
Y aunque su capital, Pamplona, o urbes más pequeñas como Tudela, con su entrañable casco antiguo o las Bardenas Reales cerca, son imprescindibles para visitar en la Comunidad Foral, hay otros atractivos turísticos con mucha historia que no podemos perdernos si hacemos una visita al norte de la península ibérica.
Olite: un casco antiguo histórico de cuento
El municipio de Olite es uno de los lugares que hace más especial, si cabe, a Navarra, y es que desprende historia por cada rincón de sus calles, empezando por su casco antiguo y terminando en su fabuloso castillo. Esta pequeña ciudad de menos de 3.000 habitantes es el mejor sitio para perderse y aparecer entre murallas romanas, arte gótico y fiestas medievales.
El comienzo de la visita a Olite puede empezar atravesando el portal de la Torre del Chapitel y accediendo a la plaza Carlos III, para continuar contemplando su señorial ayuntamiento e incluso, disfrutar de unas tapas y unos vinos admirando su maravilloso entorno.
La joya de la corona de Olite: su Palacio Real
Y aunque sus calles y las fiestas medievales nos trasladarán a otra época, la joya de la corona es el Palacio Real de los Reyes de Navarra, considerado uno de los castillos medievales más lujosos de Europa. Este castillo-palacio de estilo gótico está lleno de torres, estancias, galerías, jardines y patios que merece la pena visitar.
El castillo tiene dos partes: el Palacio Viejo, que alberga un Parador Nacional, y el Palacio Nuevo, que está abierto a los turistas. Es imprescindible recorrer todas y cada una de las estancias que hacen de este castillo algo único.
- Cámaras reales: Se encuentran situadas en la parte central del castillo. Tienen ventanales abocinados, y desde la cámara de la reina se accede al patio del naranjo.
- Torres: Todas ellas se alzan desde las cámaras reales, pero hay tres que destacan entre las demás. La primera, la del Homenaje, es la más alta y llamativa, la segunda, la de las Tres Coronas, y la tercera, la de los Cuatro Vientos, desde la que se ven los viñedos y el casco antiguo.
- El pozo de hielo: Antiguamente, servía para almacenar capas de nieve y conservar así los alimentos.
- Los jardines: Hay un primer jardín principal en la entrada, un segundo jardín llamado la Pajarera y el tercero, el de la Morera, que tiene una morera centenaria declarada Monumento Natural.
Su espectacular iglesia del siglo XIII
La iglesia de Santa María es otro de los lugares que hay que visitar en Olite, una iglesia del siglo XIII adosada al Palacio Real. Antiguamente, los monarcas navarros la utilizaban para celebrar grandes festividades y actos solemnes. Su fachada de estilo gótico y su decorado interior hace que este monumento sea uno de los lugares más especiales de Navarra para los amantes del arte.
¿Cómo llegar a Olite?
Si quieres visitar Olite después de unos días en las Fiestas de San Fermín, es muy sencillo, y solo se tardan 40 minutos desde Pamplona. Una de las opciones es tomar la carretera N-121 hasta la salida 25, mientras que otra es a través de la autopista AP-15 y se tardan 30 minutos, aproximadamente.
Además, para quien no tenga la opción de ir en coche, hay un autobús habilitado desde Pamplona con la compañía La Estellesa, que sale desde la estación de autobuses de la capital navarra varias veces al día. Otra de las opciones, es ir desde Tudela y desde allí coger un autobús de la compañía La Roncalesa hasta el asombroso Olite.
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