En la frontera con Austria y Eslovenia, la región italiana de Friul-Venecia Julia, enclavada entre las altas montañas de los Alpes y el Mar Adriático, es una gran desconocida para los viajeros. En esta tierra al norte del país de la bota nos empaparemos de una rica cultura, una interesante historia y preciosos paisajes naturales. La capital, Trieste, es una visita imprescindible en la región, pero también podemos acercarnos hasta localidades más pequeñas (e impresionantes) como la ciudad-fortaleza de Palmanova.
Si la miramos desde el cielo, esta llamativa localidad presenta una forma perfecta de estrella de nueve puntas. Sus calles, también organizadas esquemáticamente, convergen en una plaza central hexagonal rodeada de edificios históricos.
Protección y perfección
Palmanova fue fundada por los venecianos en 1593 "para defender la integridad territorial de la Serenísima República de Venecia frente a los Habsburgo", explican desde Turismo de Italia. El diseño de este núcleo fortificado recae principalmente sobre el general Giulio Savorgnan, quien además de una función militar, buscaba "la utopía renacentista de una ciudad armoniosamente perfecta", detallan.
El resultado fueron dos círculos de fortificaciones con murallas, falsos baluartes, foso y revellines que protegían las tres puertas de acceso. Posteriormente, a principios del siglo XIX, la ciudad fue ocupada por los franceses y Napoleón ordenó la construcción de un tercer círculo en 1805. De hecho, hasta entonces era conocida tan solo como Palma, pero el militar francés "cambió su nombre a Palmanova para conmemorar la victoria de Lepanto", señalan.
Durante la Primera Guerra Mundial, los italianos se retiraron tras la derrota de Caporetto y la incendiaron. Años después, con la Segunda Guerra Mundial, la ciudad logró conservarse. Y finalmente, en 1960, fue declarada Patrimonio Nacional y, en el 2017, Patrimonio de la Humanidad.
Qué ver en Palmanova
Podremos entrar al recinto fortificado de Palmanova a través de alguna de sus tres puertas monumentales. En el interior, sus calles también presenta una estructura concéntrica perfecta y nos conducen hasta la plaza central de forma hexagonal, la Piazza Grande. Es en este espacio donde se encuentran los edificios principales, como la Loggia della Gran Guardia, el Palazzo dei Provveditori Generali, el Palazzo del Monte di Pietà, el Palazzo del Governatore delle Armi y la Catedral de Palmanova, un imponente edificio de piedra blanca que data del siglo XVI.
Otro punto de interés en la localidad es el calabozo de Porta Cividale, que alberga el Museo de Historia Militar. Aquí se exponen uniformes, reliquias y documentos de carácter militar desde la fundación de la ciudad hasta el siglo XX.
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