En España hay unos 8.000 kilómetros de costa, y la gran mayoría de ellos son perfectos para pasar unos días espectaculares durante las vacaciones de verano. Algunos de los lugares más visitados cada temporada estival son la Costa Brava y la Costa Dorada, y es que el litoral de Cataluña tiene algunos de los enclaves costeros más impresionantes de toda la Península Ibérica. Eso sí, muchos de ellos suelen estar bastante masificados.
Las playas con más renombre de la costa de Cataluña suelen acoger a centenares de turistas cada día durante los meses de verano, por eso, si lo que buscas es no encontrarte con casi nadie y estar tranquilo a orillas del Mediterráneo, hay bastantes arenales mucho menos conocidos que son perfectos para relajarte, ya que no suelen tener muchos bañistas.
Cala Jovera
En Tamarit (Tarragona) se encuentra una de las calas más espectaculares de toda Cataluña, la de Jovera. Este arenal de apenas 90 metros de largo está bañado por las tranquilas aguas del Mediterráeneo, pero lo más especial no está ni en la arena ni en el las olas, sino en el entorno: se sitúa justo debajo de un impresionante castillo del siglo XI que está en un muy buen estado de conservación y que dota a este enclave de la Costa Dorada de una espectacularidad incomparable.
Playa de Sant Pere Pescador
En el pueblo gerundés de Sant Pere Pescador se encuentra una de las playas más largas de toda la Costa Brava. Con seis kilómetros de longitud, su arena fina se combina con el azul del Mediterráneo en un enclave que es perfecto para practicar deportes de todo tipo. Además, debido a su inmenso tamaño, lo más probable es que no tengas que aguantar a muchas personas a tu lado.
Cala Illa Roja
En el municipio de Begur se encuentra una de las calas más especiales de toda la Costa Brava, la de Illa Roja. Sus 180 metros de arena fina contrastan con la enorme estructura rocosa que se encuentra en medio y cuyos tonos rojizos dan nombre al arenal. Está completamente rodeada de acantilados y es una de las más bonitas de toda la región, pero además no suele estar muy concurrida.
Cala Sa Tuna
Muy cerca de la calla Illa Roja se encuentra otras de las joyas ocultas de la Costa Brava, la de Sa Tuna. Este pequeño arenal se encuentra rodeada de pintorescas casas de pescadores que dan al entorno un aspecto precioso, pero es que además también se puede contemplar un salvaje e imponente entorno natural que hacen de este enclave uno de los más increíbles que puedes visitar este verano en el litoral del Mediterráneo.
Cala Giveroleta
En el término municipal de Tossa de Mar se encuentra la extraordinaria Cala Giveroleta, aunque justo al lado está su hermana pequeña, Giveroleta, mucho menos concurrida pero igual de impresionante. Arena fina y dorada a lo largo de 55 metros que contrasta con el azul turquesa del Mediterráneo, y todo ello rodeado de imponentes acantilados repletos de vegetación.
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