El pueblo abandonado de Portugal en el que se organizan fiestas a las que solo se llega en teleférico

Al final del recorrido del teleférico más empinado de Portugal nos topamos con una bonita sorpresa, el pueblo abandonado de Fajã da Quebrada Nova. Concretamente lo encontramos en la isla principal del archipiélago de Madeira, y a pesar de estar deshabitado, precisamente no es vida lo que le falta, ya que es el escenario de animadas fiestas privadas con las costas del Atlántico como telón de fondo.

Un pequeño pueblo agrícola

Madeira es una de las joyas escondidas de Portugal, y dentro de este bonito archipiélago uno de los puntos más destacados es el mirador de Achadas da Cruz, donde podemos disfrutar de las vistas del salvaje océano Atlántico, los escarpados acantilados y la naturaleza del lugar. Es desde aquí desde donde parte el teleférico de Achadas da Cruz, el más empinado de todo el país, que con un recorrido de vértigo desciende 451 metros hasta Fajã da Quebrada Nova.

Freeartist / iStock

Este pueblo agrícola abandonado es “históricamente conocido por producir uvas Malmsey, utilizadas en la elaboración de las variedades de vino más dulces de Madeira, así como otros cultivos como patatas y frutas”, tal y como cuentan desde ‘Travel + Leisure’.

A día de hoy, los habitantes de Achadas da Cruz utilizan el teleférico para descender la pendiente de 98% hasta los jardines y campos de cultivo que aún conservan en Fajã da Quebrada Nova, y lo usan de vuelta para subir con su cosecha. De este modo, esta población deshabitada se presenta ante el viajero con sus senderos serpenteantes entre canales de riego, huertas y tierras de cultivo, y antiguas cabañas construidas en piedra utilizadas ahora como almacenes.

Jacek Sopotnicki / iStock

El regreso a la vida

Sin embargo, más allá de su función agrícola, Fajã da Quebrada Nova esconde un secreto totalmente inesperado, y es que en sus jardines se organizan fiestas privadas con el objetivo de volver a dar vida a esta antigua población. Hace más de 20 años que no nace un bebé es Achadas da Cruz, de modo que la escasa población joven es la encargada de organizar estas veladas.

Las fiestas están abiertas para los turistas curiosos que se acerquen al lugar y ofrecen música en vivo y gastronomía local típica de Madeira. Todo ello acompañado de unas preciosas vistas del mar azul y las verdes colinas de alrededor. Incluso, si la noche se alarga de más, se puede reservar una habitación y dormir en una de las cabañas de piedra del lugar.

Apúntate a la newsletter y recibe en tu correo las mejores propuestas para viajar por el mundo.