El famoso pueblo del norte lleno de historia que llegó a ser capital de España

A menos de cuarenta minutos de Pamplona, se sitúa la que algunos denominan la Toledo del norte por su gran patrimonio monumental, y lo cierto es que en Estella (Lizarra, en euskera) no solo su conjunto histórico desprende magia, sino también su pasado. El 31 de julio de 1835, Carlos V convirtió la ciudad del Ega en la capital de España, lo que marcó para siempre su historia, convirtiéndola en un enclave único.

Situada en las proximidades de las sierras de Urbasa y Andía, su centro urbano consta de tres barrios emblemáticos. Estella-Lizarra nos un increíble viaje a la Edad Media a través de sus iglesias, palacios, conventos y fortificaciones.

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¿Por qué es famoso Estella?

Si quieres ser turista en Estella debes entrar por la puerta de San Nicolás, y no hablamos de cualquier puerta. Se trata de la única parte que queda en pie de la muralla de la ciudad. En la antigüedad era conocida como Puerta de Castilla, ya que formaba parte del final de la ciudad y del inicio del Camino de Santiago hacia Logroño. En ella, se puede ver un frontón triangular, una estrella de ocho puntas en alusión al símbolo de la ciudad (colocado en el siglo XVI, se utilizaba en los sellos del fuero)

Pero más allá de esta majestuosa puerta de bienvenida, esta localidad cuenta con el Palacio de los Duques de Granada de Ega, popularmente conocido como Palacio de los Reyes de Navarra, ahora sede del Museo Gustavo de Maeztu. A pocos metros, en el barrio de San Pedro, el edificio del antiguo ayuntamiento acoge ahora la Oficina de Turismo y el Centro de Interpretación de la Ciudad Estella – Lizarra. Este da paso a una larga escalinata coronada por una iglesia, concretamente la de San Pedro de la Rúa, que desde 1256 ostenta el título de Iglesia Mayor de Estella.

Un camino de palacios, templos y puentes

La Casa de la Cultura Fray Diego, casa natal del religioso franciscano, y el Palacio del Gobernador, donde ahora se encuentra el Museo del Carlismo, son dos edificios emblemáticos. De este segundo destaca su portada gótica con influencia francesa, al igual que parte del Convento de Santo Domingo, que se alza tras él, y que ahora se trata de una residencia.

En este laberinto de calles empedradas y construcciones históricas, se alza el Puente de la Cárcel, que cruza el río Ega. Este paso, que sus habitantes conocen como 'puente picudo' por su elevada inclinación, tuvo durante un tiempo una prisión en uno de sus extremos. Construido en el siglo XII, fue destruido por completo durante las Guerras Carlistas en el 1873 y vuelto a levantar con el mismo estilo que su antecesor. Este paso comunica el barrio de San Pedro de la Rúa y los de San Miguel y San Juan, donde se concentra gran parte de su conjunto histórico-artístico.

Y si no desprende suficiente encanto lo ya mencionado, otro punto clave de Estella es la Basílica de Nuestra Señora del Puy. Sus vistas de la ciudad y su fachada de arquitectura moderna y de estilo neogótico (terminada en 1951) son todo un descubrimiento. La ermita que se ubicaba allí anteriormente fue construida antes del nacimiento de la localidad por mercaderes franceses, quienes le dieron a la virgen el nombre de una de las más veneradas en su país de origen: Notre Dame du Puy.

Qué ver en Estella y sus alrededores

En los alrededores de Estella, siguiendo el Camino de Santiago, se encuentra el Monasterio Santa María la Real de Irache, ubicado en el término municipal de Ayegui. Este conjunto religioso fue erigido en el siglo VIII y regentado por los monjes benedictinos.

Uno de sus usos fue el de hospital jacobeo, el primero de Navarra, además de universidad, centro de formación y campo de concentración franquista, antes de su cierre y posterior apertura al público por parte del gobierno. Aunque existe un proyecto para convertirlo en Parador Nacional, de momento no es una realidad.