Nuestro país está repleto de lugares con encanto que merece la pena descubrir a través de un viaje, sin tener que traspasar la frontera. No es de extrañar, por tanto, que algunos de los pueblos que pertenecen a la lista oficial de la asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España atraigan a miles de turistas cada año, independientemente de la época. En este sentido, en comunidades como Asturias o Castilla-La Mancha se sitúan algunos de los mejores, pero también en zonas como el País Vasco.
Si bien es cierto, las provincias de Vizcaya, Guipúzcoa o Álava cuentan con pueblos impresionantes, marcados por sus paisajes costeros, de montaña, su gastronomía y tradiciones, solo uno ha conseguido entrar en el mencionado ránking. Se trata de Laguardia, un pueblo de la Rioja Alavesa que es considerado el más bonito del País Vasco según dicha asociación por su carácter medieval, pero también por su historia.
Laguardia, un paraíso de la comarca
"Laguardia ocupa un lugar privilegiado dentro de la Rioja Alavesa. Su ubicación en la parte central de la comarca, dominando el valle, responde al talante guerrero de su fundador y a la misión defensiva que tuvo del reino de Navarra", explican desde Los Pueblos Más Bonitos de España. Efectivamente, esta población debe su carácter medieval, al importante papel que tuvo durante los siglos XII y XIII. Fue entonces cuando recibió sus fueros durante el reinado del rey navarro Sancho VI, 'El Sabio', convirtiéndose en la principal plaza de la Sonsierra de Navarra. Aunque ya en el siglo X se había constituido como defensa del Reino de Navarra.
Años más tarde, sería el rey Sancho 'El Fuerte', quien mandaría construir una muralla de la que todavía hoy se conservan sus cinco puertas de acceso: Mercadal, Carnicerías, Páganos, San Juan y Santa Engracia. Las mismas en las que desembocan las calles medievales, estrechas y alargadas, que contienen algunos de sus edificios más emblemáticos. El castillo, la torre Abacial, la Iglesia de Santa María de los Reyes o la Iglesia de San Juan y la Capilla del Pilar son solamente algunos de ellos.
No en vano, no muchos saben que la historia de Laguardia viene desde todavía más lejos, pues todo el término municipal constituye un enorme yacimiento arqueológico donde se hallan multitud de restos de poblados pertenecientes a la Edad de Hierro. Así lo atestigua el yacimiento de la Hoya y los numerosos dólmenes que rodean la villa.
El secreto oculto de Laguardia
Si lo que se puede apreciar a simple vista de Laguardia no deja a nadie indiferente, gracias a la belleza de sus calles empedradas, sus plazas y sus restos arquitectónicos, lo que esconde bajo el suelo es todavía mejor. A partir del siglo XV, con la llegada de los Reyes Católicos, Laguardia perdió su función defensiva e inició un próspero negocio con el vino.
Bajo las casas, se empezaron a construir todo tipo de cuevas y bodegas familiares para guardar y conservar el vino en condiciones óptimas, que también sirvieron como refugio en determinados momentos de la historia posterior. A día de hoy, se pueden visitar y recorrer para admirar su monumentalidad y conocer el proceso de producción del vino.
No obstante, además de recorrer las cuevas y hacer un recorrido por sus calles, otros de los imprescindibles que no pueden faltar en una visita a Laguardia es el reloj de la plaza mayor. Se trata de un reloj animado inaugurado en 1998, en el que en las horas programadas y tras la melodía inicial (un sonido típico de la villa), “El Cachimorro” y dos danzarines vestidos con el atuendo típico de Laguardia aparecen y bailan.
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