Si te apetece conocer un destino especial, la provincia de Lleida está plagada de rincones naturales espectaculares y de localidades rurales con mucha historia donde es posible apreciar el importante legado que la Edad Media dejó en España. Y en un recorrido por el territorio catalán, entre todos los pueblos medievales, destaca Guimerá. Te invitamos a descubrir por qué para muchos viajeros este es el pueblo más bonito y con más encanto de toda Cataluña.
Un viaje al medievo
Entrar en Guimerá es como realizar un espectacular viaje en el tiempo. Construido en la ladera de un cerro, con casas escalonadas formando una bonita postal, en este pueblo las casas de piedra y los arcos son protagonistas. A estos elementos se le añaden otros detalles decorativos tanto en puertas y ventanas que dan como resultando un escenario medieval sorprendente.
Con un casco antiguo que ha sido declarado conjunto histórico artístico, lo mejor es descubrir Guimerá con calma, durante el paseo encontrarás rincones únicos, con fuentes de piedra y galerías cubiertas. Buena parte de su encanto lo verás recorriendo sus pintorescas calles empedradas, como la de la Cendra, la calle de la Capella o la de los Piques.
Qué ver en Guimerá
Por supuesto, uno de los lugares principales de Guimerá, tanto para locales como turistas, es la Plaza Mayor, del siglo XII, es donde se ubican las pocas tiendas y negocios de la parte vieja. En uno de sus laterales hay grandes ventanales y diez arquerías que son uno de los iconos más reconocibles del pueblo. Pero antes de entrar en la Plaza Mayor, y subiendo a través de la calle porticada de los Aubalços, te encontrarás con uno de los rincones más mágicos: la calle de la Goleta. Formada por tramos de arcos apuntados y cubiertos, se cree que por sus características podría haber formado parte del pequeño barrio judío de la localidad.
Patrimonio arquitectónico
Para disfrutar de las mejores vistas te recomendamos subir hasta lo alto, donde se encuentran las ruinas del castillo de Guimerá, del que se conserva una parte de la torre y los restos de las murallas medievales.
En la parte alta del pueblo y justo abajo del castillo está la iglesia de Santa María, construida en el siglo XIV sobre una gran roca. Además de llamar la atención el gran colorido del interior, destaca el retablo de alabastro obra de Josep María Jujol, discípulo de Gaudí. De fachada románica, tiene tres arcos a la izquierda de la puerta y en uno de ellos podrás ver un sarcófago gótico. Seguro que aprovecharás para hacer una bonita foto desde la escalera que se accede al templo
Una visita imprescindible cerca de Guimerá
Aprovecha la cercanía para ver las ruinas del Monasterio femenino cisterciense de Santa María de Vallsanta. Se encuentra a unos dos kilómetros de este pueblo leridano. Fundado en el siglo XIII, el conjunto monástico se fue ampliando con el tiempo, aunque hoy ya solo queda una parte del templo.
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