En España hay pueblos que son verdaderas maravillas y que son una parte imprescindible del patrimonio nacional, aunque cerca de la frontera con Francia, en el país galo, hay también muchas localidades que son dignas de visita y que son idóneas para cambiar de aires durante horas y conocer nuevos y encantadores lugares.
En plenos Pirineos hay pequeñas localidades que son merecedoras de una visita y que son idóneas para pasar unas horas alejado del constante bullicio de la gran ciudad. Desde pueblos medievales hasta paraísos termales, en la frontera entre Francia y España hay lugares increíbles que harán las delicias de cualquier turista.
Prats-de-Mollo-la-Preste
En la región de Occitania se encuentra este espectacular pueblo medieval del siglo IX, en el que se pueden tener unas vistas espectaculares del Valle del Alto Vallespir. Aunque tiene preciosos edificios como las Iglesia de Santa Justa y Santa Rufina, reconstruida en estilo barroco, o el Fuerte Lagarde, construido en el siglo XVII, esta localidad es conocida por sus aguas termales: a pocos kilómetros del municipio se encuentra un spa en un entorno natural idílico. Está a tan solo media hora de España.
Colliure
En la misma región que Prats-de-Mollo-la-Preste, aunque a orillas del mar Meditarráneo, se erige la espectacular villa de Colliure. En este increíble municipio de la Costa Bermeja los Pirineos dan paso a impresionantes playas de arena fina, todo ello con un extraordinaria estampa de fondo: casas de colores, un precioso puerto y edificios medievales como su castillo medieval o sus iglesias dotan de un singular aspecto a este pueblo en el que está la tumba de Antonio Machado.
Penne d'Angenais
A unas tres horas de España se ubica esta preciosa villa que podría datar de la época romana. Situada en la región de Aquitania, tuvo su máximo esplendor durante la Edad Media e incluso llegó a pertenecer a Inglaterra durante un breve periodo de tiempo durante la Guerra de los Cien Años, y de hecho su castillo fue fortificado por Ricardo Corazón de León. Tampoco te puedes perder el Santuario de Nuestra Señora de Peyragudes, un enorme edificio con una magnífica cúpula.
Saint-Jean-Pied-de-Port
A tan solo diez minutos en coche de la frontera con España se puede visitar el pintoresco municipio de Saint-Jean-Pied-de-Port, el origen del Camino de Santiago Francés. Sus casas con contraventanas coloridas se entremezclan con edificios históricos como su muralla rosada o la Puerta de San Jacques, considerada Patrimonio de la Humanidad. Otros lugares imprescindibles en esta preciosa localidad son la Iglesia de Notre Dame o los puentes Neuf y Eyhereberry. Además, tienes que adentrarte en 'la prisión de los obispos', su edificio más icónico.
Villefranche-de-Conflent
En los Pirineos Orientales, en el corazón de la naturaleza más salvaje de la región, se erige este extraordinario pueblo en el que confluyen hasta tres ríos. Situado a los pies del Canigó, Villefranche-de-Conflent fue un enclave defensivo durante la Edad Media, y prueba de ellos son las murallas que rodean toda la localidad y el imponente Fuerte Liberia. Intramuros hay preciosos edificios para visitar, como la Iglesia de Santiago o la torre del campanario de su ayuntamiento.
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