En tan solo 61 km², San Marino atesora verdaderas joyas históricas, culturales y arquitectónicas que merece la pena descubrir. Este microestado rodeado por completo por Italia es toda una joya desconocida en Europa, y es que es uno de los países menos visitados del continente.
Los orígenes de San Marino están conectados al santo que da nombre al país. Según la tradición, este picapedrero procedente de la isla de Rab, en Dalmacia (en la actual Croacia), escaló el Monte Titano y estableció allí "una comunidad de cristianos perseguidos por su fe", explican desde Turismo de San Marino. Así, fundaría la República de San Marino en el año 301, estableciéndose como el país más antiguo del mundo que aún existe hoy en día.
Para llegar desde España, tendremos que volar hasta algún aeropuerto cercano, en territorio italiano. Por ejemplo, el Aeropuerto de Rímini está a solo 30 minutos, mientras que el de Bolonia está a 1 hora y 30 minutos y podremos llegar sin escalas desde España.
Qué ver en San Marino
La mayoría de atractivos turísticos de San Marino se concentran en su capital, con el mismo nombre. La ciudad es rica en arte y monumentos, y su centro histórico, rodeado por murallas medievales, se extiende en la parte superior del Monte Titano, a 750 metros sobre el nivel del mar. En el punto más alto se alza la Basílica de San Marino, que acoge las reliquias del santo. Junto a ella está la pequeña iglesia de San Pietro, y en su interior de estilo neoclásico "se pueden ver dos lechos de piedra que, según la tradición, pertenecen a los santos Marino y Leone, a quienes todavía hoy se atribuyen propiedades prodigiosas", señalan.
Otros templo religiosos cercano que no podemos perdernos son la iglesia de los Capuchinos y la iglesia de San Francisco (siglo XIV), con su galería de arte contigua. El recorrido por la ciudad puede continuar por el Museo Estatal de San Marino, ubicado en el Palazzo Pergami Belluzzi. Este expone alrededor de 5.000 piezas arqueológicas, artísticas y numismáticas.
Otros puntos imprescindibles
La Piazza della Libertà es otra parada imprescindible en San Marino. Aquí encontraremos el Palacio Público, un edificio que 1894 y es la sede del Gran Consejo General, es decir, el Parlamento de la República de San Marino. Podremos visitar el interior de este palacio y conocer la sala donde se llevan a cabo las sesiones del parlamento, decorada con un impresionante fresco de finales del siglo XIX del artista romano Emilio Retrosi.
Otros puntos interesantes en la capital son la Cava dei Balestrieri, donde se llevan a cabo festividades tradicionales; el antiguo Monasterio de Santa Chiara, datado de principios del siglo XVII y que a día de hoy alberga la Universidad de San Marino, y el Teatro Titano, construido en 1750 y restaurado en 1941.
Las tres torres de San Marino
La postal más típica de San Marino es la de su imponente Torre Guaita. Esta fue construida para la defensa del territorio, y cuelga sobre el abismo desde lo alto del monte. Se encuentra dentro de un doble recinto amurallado con otras torres de refuerzo en el exterior y edificios militares, una capilla y un el campanario en el interior.
A esta primera torre, se suma la Torre Cesta, conectadas ambas por el Passo delle Streghe. Esta cumplía una función de vigilancia y a día de hoy acoge el Museo de Armas Antiguas. Finalmente, está la Torre Montale, inmersa en un bosque que rodea la ciudad y unida a las anteriores por un gran muro.
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