No solo España puede presumir de pueblos, Francia cuenta también con enclaves rurales que por su proximidad se convierten en el destino perfecto para una escapada con encanto. Y en una ruta por el sur del país vecino hay que hacer una parada en el pueblo preferido de los franceses: Saint Cirq Lapopie, una localidad que por su atmósfera y belleza ha seducido a numerosos artistas, entre ellos al escritor André Breton. Este destino, que se encuentra a tan solo 3 horas de España por carretera, atesora tantas joyas arquitectónicas que te resultará fascinante. Situado en plena naturaleza, entre acantilados rocosos y al borde del agua, este pueblo medieval es uno de los más mágicos de Francia.
Puerta de Rocamadour
El escritor André Breton fue quien dio a conocer este pueblo medieval convirtiéndolo en su refugio. Hoy, a pesar de los numerosos turistas que hasta aquí se acercan, Saint-Cirq-Lapopie conserva íntegro todo su patrimonio y también su encanto. Pasear por su centro histórico, totalmente peatonal y formado por un entramado de callejuelas y plazas, es todo un espectáculo. De las tres puertas que había originariamente solo quedan dos, pero es la Puerta de Rocamadour (del siglo XIII) la que está mejor conservada. Por su situación estratégica en la muralla permite tener una preciosa panorámica de todo el casco antiguo nada más entrar en el pueblo. Al cruzarla te adentrarás en la Rue de la Pélissaria, una callecita estrecha y adoquinada, con casas de los siglos XV y XVI, por la que comenzamos este viaje en el tiempo.
La casa museo de André Breton
La siguiente parada será en la Plaza del Carol donde se encuentra la casa que perteneció al poeta desde 1951 hasta su muerte. Antiguo Hostal de los Marineros, en ella pasaba sus veranos junto a artistas amigos como Henri Cartier-Bresson o Miró. Esta casa fortificada con ventanas góticas es el edificio habitado más antiguo del pueblo. Construida en el siglo XIII y con una torre adosada del siglo XII, actualmente alberga un Centro Internacional para el Surrealismo y la Ciudadanía Global.
Plaza del Sombral
Te recomendamos que no te pierdas este bonito rincón que se encuentra rodeado de casas medievales de entramado de madera de los siglos XIII y XIV. La plaza del Sombral es una de las más bellas y con más encanto de la localidad, y el punto de encuentro de los lugareños y turistas.
Y aunque las protagonistas del pueblo son las casitas medievales, en Saint-Cirq-Lapopie también hay un castillo en el que es posible alojarse. Está situado en la calle principal y en su interior se encuentra una piscina entre rocas, pinturas y decoración de otra época.
La iglesia gótica de San de San Cyr
Construido en 1522, este templo, que está colgado al borde del alto acantilado, incluye la antigua iglesia parroquial románica. Por sus enormes dimensiones más bien da la sensación de tratarse de una fortaleza. Además de su situación privilegiada y sus impresionantes vistas, el interior alberga pinturas murales del siglo XIII que no hay que pasar por alto. La iglesia está dedicada a San Cyr, considerado el mártir más joven del cristianismo al morir con tan solo 3 años.
La roca de la Popie
No se puede abandonar el pueblo más bonito de Francia sin subir hasta el punto más alto, que también acoge las ruinas del castillo más antiguo de la localidad, del siglo X. Esta formación rocosa ofrece desde sus miradores la mejor panorámica del valle de Lot y del entorno de Saint-Cirq-Lapopie. Se sube por un camino estrecho, pero el esfuerzo merece realmente la pena.
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