Bajo el apodo de "la Toscana española", la comarca de Matarraña se ha hecho popular entre los turistas gracias a sus pintorescos pueblos de cuento, sus frondosos bosques y sus paisajes marcados por el agua. Estas tierras de la provincia de Teruel se convierten así en un destino perfecto para el turismo rural.
Por supuesto, las actividades de turismo activo también tienen su lugar aquí. Por ejemplo, podremos hacer variadas rutas de senderismo que nos adentran en la naturaleza de la comarca y nos descubren rincones tan fascinantes como el llamado Salt de la Portellada, una enorme cascada con una impresionante piscina natural de aguas turquesas.
El Salt de la Portellada
El río Tastavins, afluente del Matarraña, nace en las en las inmediaciones de la localidad de Peñarroya, en la confluencia entre el barranco de Escalona y el de la Escresola. Cuando su cauce serpentea a las afueras de la pequeña localidad de La Portellada, deja a su paso uno de los paisajes naturales más bonitos de todo Teruel.
Un desnivel en el terreno da como resultado una increíble cascada que alcanza los 20 metros de altura. En su base, se abre una piscina natural de aguas limpias y refrescantes, perfectas para darse un baño en los calurosos meses de verano. Todo ello está rodeado por un paisaje roco y escarpado, que contrasta con el brillante color turquesa de las aguas de la poza.
La ruta a la cascada
Para llegar al Salt de la Portellada podremos dejar el coche en un aparcamiento a apenas medio kilómetro de la cascada y completar el resto (unos 15 minutos) a pie, para así bajar hasta la base. Eso sí, hay que tener en cuenta que el parking es pequeño, de modo que tendremos que ir pronto para asegurarnos un hueco.
Por otro lado, quienes prefieran llegar con una ruta de senderismo podrán partir desde la carretera TE-V-3004 a través de un desvío señalizado con un cartel que marca 'El Salt'. Siguiendo un camino de tierra, en algo más media hora llegaremos hasta el salto de agua.
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