Vacaciones 2023: cinco destinos lejanos para vivir grandes aventuras este verano

"Beso" de elefante de Chiang Mail (Tailandia).
"Beso" de elefante de Chiang Mail (Tailandia).
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"Beso" de elefante de Chiang Mail (Tailandia).

Desde descubrir portentosos paisajes donde la naturaleza ha pintado su cuadro más hermoso hasta empaparse de una insólita espiritualidad con la que remover los cimientos de nuestro día a día. Lo remoto, lo ajeno, lo extraño y lo desconocido son los ingredientes con los que se cocina la aventura. Por eso aquí van unos destinos capaces de ocasionar el choque más conmovedor.

Lo remoto, lo ajeno, lo extraño y lo desconocido son los ingredientes con los que se cocina la aventura
Selva tropical de Costa Rica.
Selva tropical de Costa Rica.
Getty Images

Costa Rica

No sólo es el vergel más codiciado de América sino también el país más sostenible del mundo y el que concentra la mayor biodiversidad del planeta. La naturaleza se empleó a fondo en este paraíso apenas diez veces más pequeño que España, tapizado de selva tropical y acariciado por dos océanos. En su catálogo de portentosos paisajes no sólo hay espacio para la aventura sino también para el relax. Se puede navegar en kayak en busca de jaguares agazapados en los bosques o subir hasta el cráter de un volcán o sumergirse en una cala solitaria o deslizarse en rafting a toda pastilla por caudalosos ríos. Pero también se puede exprimir el lujo en sus maravillosos hoteles y resorts, donde practicar un ecoturismo sin fisuras.

Paso de peatones en Shinjuku (Tokio).
Paso de peatones en Shinjuku (Tokio).
Franziska & Tom Werner

Japón

Pocos destinos muestran semejante lejanía… y no solamente geográfica. El país nipón es una realidad ajena y fascinante en la que caben todo tipo de experiencias y sensaciones, de descubrimientos maravillosos. Desde ciudades futuristas con trenes ultrarrápidos a templos que rezuman una espiritualidad desbordante; desde picos nevados donde esquiar sin agobios hasta arrecifes de coral en playas que son un secreto. Bien sumergidos en el bullicio o disfrutando de la soledad, es su pulso inaudito entre la tradición y la modernidad, entre la vanguardia tecnológica y los ritos milenarios, lo que lo convierte en un imán para el viajero occidental. El País del Sol Naciente es un plan más que apetecible.

Aguas turquesa de las tailandesas islas Phi Phi.
Aguas turquesa de las tailandesas islas Phi Phi.
turismotailandes.com

Tailandia

De la bulliciosa capital a las melancólicas ruinas del reino más influyente de Oriente, de la jungla salvaje plagada de elefantes al exotismo de un mar de tonalidades turquesas. Pocos destinos resultan tan completos como la estrella del sudeste asiático, donde la naturaleza lujuriosa que tapiza el interior es un santuario para la vida salvaje, los pueblos de minorías étnicas viven atrapados en el tiempo y la retahíla de playas que hilvanan la costa son el refugio perfecto para desconectar del mundo. Eso y un latido urbano en el que los fogones callejeros, sobre las ruidosas aceras, tienen hasta estrella Michelin. El “país de la sonrisa”, el más polifacético de la región, es ideal para una gran aventura.

Ascetas de la India.
Ascetas de la India.
Bartosz Hadyniak

India

Mil y una aventuras aguardan en este destino siempre evocador, donde la espiritualidad es la razón de ser. Aquí uno puede contagiarse del misticismo que destilan los lugares sagrados, revivir el hedonismo de los últimos maharajás que gobernaron los antiguos reinos, contemplar tigres en libertad en un Parque Nacional o hallar el equilibrio perfecto entre el cuerpo, la mente y el alma con sesiones de yoga, meditación o ayurveda. Todo es posible en este país inabarcable que esconde joyas tan codiciadas como Varanasi, la ciudad que descansa a la orilla del Ganges, o el Taj Mahal, el más grandioso y extravagante monumento al amor que existe en el mundo.

Vista aérea de la selva amazónica en Perú.
Vista aérea de la selva amazónica en Perú.
iStock

Amazonas

Es el mayor espacio verde del planeta. Una mancha de vegetación de más de siete millones de kilómetros cuadrados que se despliega a lo largo de nueve países y cubre, aproximadamente, el 40% del continente americano. La selva amazónica es toda ella una aventura. Una joya de la naturaleza que tiene su alma en el río que le da nombre, que no sólo es el más voluminoso que existe sino también el llamado “pulmón de la Tierra”. Ya sea desde Manaos (Brasil), Iquitos y Puerto Maldonado (Perú) o Leticia (Colombia), los principales puntos de acceso, descubrir este universo peculiar es todo un sueño para los grandes viajeros, quienes hallarán una tierra magnética y misteriosa, insondable y amenazadora.

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