Una ruta por la sierra de Guadarrama hasta una impresionante cascada de fácil acceso y muy tranquila

Este es un recorrido perfecto para disfrutar de un entorno precioso y con unas completas instalaciones en contacto con la naturaleza. Y lo mejor de todo es que el lugar se encuentra a poco más de hora y media del centro de Madrid.
El Chorro de Navafría.
El Chorro de Navafría.
Jacinta Lluch
El Chorro de Navafría.

No hay mejor plan para un día soleado de otoño que perderse entre la naturaleza y, a ser posible, en un entorno tranquilo. Y esto en la sierra madrileña es cada vez más complicado. Por eso, si no quieres tener que madrugar para pelear por un sitio en el que poder tirar el coche y hacer la ruta junto a más gente de la que puedes cruzarte en plena Gran Vía, la recomendación es irte un poco más lejos, pero solo un poco más, a la parte segoviana de la sierra de Guadarrama, a El Chorro de Navafría.

Desde el centro de Madrid se tarda poco más de hora y media y puedes ir tanto por la A6 como por la A1

Desde el centro de Madrid se tarda poco más de hora y media y puedes ir tanto por la A6 como por la A1, para ponerlo más fácil. Una vez llegas a Navafría solo tienes que seguir las indicaciones hacia el área recreativa El Chorro. Aquí hay una gran zona de aparcamiento (previo pago de cinco euros en dinero contante y sonante, nada de moderneces de tarjetas o bizum). Ahora que las piscinas están cerradas, la zona es mucho más tranquila y hay mucho espacio.

En marcha al Chorro de Navafría

El sendero comienza en el mismo parking, al final a la izquierda. Está indicado, pero solo tienes que seguir el sonido del Arroyo del Chorro, que después de tantas lluvias baja con fuerza. El camino tiene bastante pendiente, pero es corto. Además, irás encontrando bancos de madera para que puedas descansar o simplemente admirar el bonito paisaje. De hecho, en ese punto estarás en el corazón de uno de los pinares silvestres más grandes de la zona, así que aprovecha y respira ese aire tan puro.

Bosque en la ruta hacia la cascada.
Bosque en la ruta hacia la cascada.
Jesús Pérez Pacheco

En una media hora has llegado hasta la cascada. Un buen chorro de agua que cae desde unos veinte metros de altura. Aquí, de nuevo, tienes varios bancos colocados estratégicamente para que te recuperes de la subida disfrutando del espectáculo que te regala el paisaje.

La ruta atraviesa uno de los pinares silvestres más grandes de la zona

Desde el puente de madera tendrás las mejores vistas de la cascada y también podrás acceder al otro lado para continuar la bajada por la otra orilla del arroyo. Si quieres cambiar un poco; si no, puedes volver por donde venías.

Pero si quieres seguir investigando la zona, el sendero sigue subiendo y hay varios puntos a los que puedes llegar. Eso sí, estos caminos ya sí son algo más exigentes. El más popular es el pico del Nevero, que supera los dos mil metros de altura y cuya ruta circular son casi veinte kilómetros.

Aviso de precaución junto a la cascada.
Aviso de precaución junto a la cascada.
Jesús Pérez Pacheco

Buena recompensa

Una vez vuelvas a donde has dejado el coche no te marches corriendo. Seguir un poco el cauce del río Cega es otro plan muy apetecible. Al igual que disfrutar de la zona recreativa que en estas fechas está muy tranquila. Hay zona de juegos infantiles y varias barbacoas y mesas junto al río para organizar una comida de lujo. Y sí, aquí ya sí se puede encender fuego en las áreas habilitadas.

En la zona recreativa hay un área de juegos infantiles y varias barbacoas y mesas junto al río para organizar una comida de lujo

Pero que si no te quieres liar, el restaurante que encuentras en la misma zona está fenomenal y en su carta no faltan ni los típicos judiones de La Granja ni las exquisitas carnes de la zona. ¡Ya tienes planazo para el fin de semana que viene!

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